Bendita pandemia… Maldita pandemia.
Si perdiste a alguien muy querido, si tú o alguien muy cercano se ha enfermado y la pasaron muy mal, si tuviste una lenta y complicada recuperación, si todavía tienes secuelas, si eres parte de la población vulnerable, si sufres de más violencia por el encierro, si te divorciaste… Maldita pandemia.
Si ahora comes más sano, si estás haciendo más ejercicio, si disfrutas y pasas más tiempo con tu familia, si te gusta ver que la naturaleza se revitaliza, si ahora te ocupas de lo importante en la vida, si tu relación de pareja se
fortaleció, si empezaste a meditar o hacer yoga, si llegó alguien nuevo a tu familia, si usas menos el coche y más la bici… Bendita pandemia.
Si perdiste tu empleo o cerraste tu empresa, si vives con miedo, si te dominan el hartazgo y la incertidumbre, si tu salud mental y emocional se desmoronan, si tu empresa o trabajo no son “esenciales”, si el encierro te enloquece o
deprime o estresa, si perdiste dinero o bienes, si no tienes computadora o un buen WiFi, si tu negocio estaba en una plaza comercial, si te enfurece no tener el control… Maldita pandemia.
Si tu empresa se adaptó y encontró oportunidades de crecimiento, si conservas tu empleo y lo puedes hacer en casa y en línea, si estás ganando más dinero o bajaste tus costos operativos, si disfrutas del aislamiento sin ver a quien no querías ver de por sí, si tienes una buena computadora con un WiFi poderoso, si te gusta ver las calles semivacías más limpias y sin ruido, si al fin realizaste ese proyecto que venías posponiendo… Bendita pandemia.
Si no has podido ir al cine o de compras, si extrañas tu oficina, si las fiestas están prohibidas, si odias el toque de queda, si cancelaste tu boda o bautizo o quinces, si no has podido viajar o pospusiste tus vacaciones, si tu escuela
sigue cerrada, si no te gusta trabajar o comprar o contratar o consultar en línea, si te sientes agotada mental y emocionalmente, si tuviste que cursar cuarto de primaria nuevamente y lo sufriste… Maldita pandemia.
Si te gusta el ambiente digital, si has aprendido cosas nuevas o has tomado muchos cursos en línea, si no extrañas a tu jefe, si has ido al parque más que nunca, si mejoraste tu gusto musical y cinéfilo, si pasas menos tiempos en las
redes sociales, si ahora todos es más natural y saludable y local, si sientes que estás en un reinicio, si ahora trabajas sin horarios y más bien por resultados, si te sientes más libre que antes… Bendita pandemia.
Si tu casa no estaba preparada hacer ser oficina o escuela o guardería, si tuviste que invertir en tecnología, si extrañas a tus amigas, si perdiste seguidores en las redes sociales, si sientes que tu vida se estancó, si crees que se te acabaron las ideas, si ya no confías en nada ni en nadie, si estás seguro que todo es una conspiración, si todo son malas noticias… Maldita pandemia.
Si te despiertas cada mañana agradeciéndole a la Pachamama, si has aprendido a estar presente y disfrutar el momento viviendo un día la vez, si te has reconciliado con tu ego y ya no es el que manda, si ya crees que este virus es consecuencia de la deforestación y nuestra crueldad hacia los animales, si te toca irte y sabes que lo harás en paz sabiendo que estás a mano con la vida, si has leído más libros que nunca, si te siente más conectado o bendecido o agradecido, si empezaste tu huerto o tu composta en casa… Bendita pandemia.
Y así me puedo seguir.
La pandemia no es ni maldita ni bendita, ya te habrás dado cuenta que cada situación tiene un enorme letrero pegado que dice “depende” y cada quien decide ponerle los adjetivos que desee. Lo único que controlamos es nuestra reacción, cosa curiosa porque así ha sido siempre, sólo que ahora nos lo restriegan en la cara todos los días.
No te lo tomes personal, no eres el ombligo del mundo, nadie lo es, con o sin pandemia la vida y la muerte continúan. Tú decides si te enfocas en lo que crees que la pandemia te quitó o te dio o en lo que has ganado debido
a lo que te has perdido. La vida es ese constante ir y venir, tomar y dejar, luz y oscuridad, nacer y morir y lo único que tenemos es el presente.
Cuando todo esto pase y nos sentemos a recordar estos años ¿Cuál va a ser tu versión de la historia?
Si perdiste a alguien muy querido, si tú o alguien muy cercano se ha enfermado y la pasaron muy mal, si tuviste una lenta y complicada recuperación, si todavía tienes secuelas, si eres parte de la población vulnerable, si sufres de más violencia por el encierro, si te divorciaste… Maldita pandemia.
Si ahora comes más sano, si estás haciendo más ejercicio, si disfrutas y pasas más tiempo con tu familia, si te gusta ver que la naturaleza se revitaliza, si ahora te ocupas de lo importante en la vida, si tu relación de pareja se
fortaleció, si empezaste a meditar o hacer yoga, si llegó alguien nuevo a tu familia, si usas menos el coche y más la bici… Bendita pandemia.
Si perdiste tu empleo o cerraste tu empresa, si vives con miedo, si te dominan el hartazgo y la incertidumbre, si tu salud mental y emocional se desmoronan, si tu empresa o trabajo no son “esenciales”, si el encierro te enloquece o
deprime o estresa, si perdiste dinero o bienes, si no tienes computadora o un buen WiFi, si tu negocio estaba en una plaza comercial, si te enfurece no tener el control… Maldita pandemia.
Si tu empresa se adaptó y encontró oportunidades de crecimiento, si conservas tu empleo y lo puedes hacer en casa y en línea, si estás ganando más dinero o bajaste tus costos operativos, si disfrutas del aislamiento sin ver a quien no querías ver de por sí, si tienes una buena computadora con un WiFi poderoso, si te gusta ver las calles semivacías más limpias y sin ruido, si al fin realizaste ese proyecto que venías posponiendo… Bendita pandemia.
Si no has podido ir al cine o de compras, si extrañas tu oficina, si las fiestas están prohibidas, si odias el toque de queda, si cancelaste tu boda o bautizo o quinces, si no has podido viajar o pospusiste tus vacaciones, si tu escuela
sigue cerrada, si no te gusta trabajar o comprar o contratar o consultar en línea, si te sientes agotada mental y emocionalmente, si tuviste que cursar cuarto de primaria nuevamente y lo sufriste… Maldita pandemia.
Si te gusta el ambiente digital, si has aprendido cosas nuevas o has tomado muchos cursos en línea, si no extrañas a tu jefe, si has ido al parque más que nunca, si mejoraste tu gusto musical y cinéfilo, si pasas menos tiempos en las
redes sociales, si ahora todos es más natural y saludable y local, si sientes que estás en un reinicio, si ahora trabajas sin horarios y más bien por resultados, si te sientes más libre que antes… Bendita pandemia.
Si tu casa no estaba preparada hacer ser oficina o escuela o guardería, si tuviste que invertir en tecnología, si extrañas a tus amigas, si perdiste seguidores en las redes sociales, si sientes que tu vida se estancó, si crees que se te acabaron las ideas, si ya no confías en nada ni en nadie, si estás seguro que todo es una conspiración, si todo son malas noticias… Maldita pandemia.
Si te despiertas cada mañana agradeciéndole a la Pachamama, si has aprendido a estar presente y disfrutar el momento viviendo un día la vez, si te has reconciliado con tu ego y ya no es el que manda, si ya crees que este virus es consecuencia de la deforestación y nuestra crueldad hacia los animales, si te toca irte y sabes que lo harás en paz sabiendo que estás a mano con la vida, si has leído más libros que nunca, si te siente más conectado o bendecido o agradecido, si empezaste tu huerto o tu composta en casa… Bendita pandemia.
Y así me puedo seguir.
La pandemia no es ni maldita ni bendita, ya te habrás dado cuenta que cada situación tiene un enorme letrero pegado que dice “depende” y cada quien decide ponerle los adjetivos que desee. Lo único que controlamos es nuestra reacción, cosa curiosa porque así ha sido siempre, sólo que ahora nos lo restriegan en la cara todos los días.
No te lo tomes personal, no eres el ombligo del mundo, nadie lo es, con o sin pandemia la vida y la muerte continúan. Tú decides si te enfocas en lo que crees que la pandemia te quitó o te dio o en lo que has ganado debido
a lo que te has perdido. La vida es ese constante ir y venir, tomar y dejar, luz y oscuridad, nacer y morir y lo único que tenemos es el presente.
Cuando todo esto pase y nos sentemos a recordar estos años ¿Cuál va a ser tu versión de la historia?